Si el término “alimentación consciente” te resulta familiar, entonces este artículo te va a parecer interesante. Según la nutricionista Susan Boweman, saber distinguir entre las experiencias alimentarias conscientes e inconscientes es la clave para poder comer menos y mejor, como rescata un artículo del diario La Nación.

Pero, ¿qué es puntualmente la alimentación inconsciente? Bueno, se trata en realidad de aquellos “picoteos” innecesarios cuando estamos mirando una serie en casa, el atracón de pochoclos en el cine o bien aquellos snacks poco saludables entre comidas como papas fritas, palitos o nachos con cheddar.

Según la especialista, estas comidas suceden cuando uno no está concentrado en lo que consume y, en realidad, responde a otras señales (que no son el hambre, sino más bien el aburrimiento o la gula) que lo impulsa a comer y comer, sin percatarse de lo que está ingiriendo.

De la otra vereda se encuentra la famosa alimentación consciente, que sucede durante los momentos del almuerzo y la cena. “Se disfrutará más de esa experiencia y, probablemente, termines comiendo menos. Además, mientras comes de manera consciente y disfrutas más la comida, aprendés a sentirte satisfecha con porciones adecuadas, lo cual lo ayuda a reducir la tendencia a comer de más”, explica Bowerman en el periódico mencionado, y agrega: “En realidad, comer menos es uno de los resultados de la alimentación consciente. Y, para algunas personas, es un beneficio maravilloso”.

Entonces, ¿qué es Mindful eating?

En un mundo acelerado, la meditación o “mindfulness” es una técnica recomendada para reducir el estrés, mejorar la inmunidad, impulsar el aprendizaje, aumentar la productividad y más, como señala una nota de The Washington Post.

En la publicación Current Obesity Reports, la nutricionista Carolyn Dunn y sus colegas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte realizaron la primera revisión de trabajos de investigación sobre alimentación consciente. “Todos los estudios mostraron resultados de pérdida de peso” con la alimentación consciente, indicaron, según el periódico mencionado.

Una de las principales conclusiones del estudio indica que “se ha demostrado que el aumento de la alimentación consciente ayuda a los participantes a tomar conciencia de sus cuerpos, estar más en sintonía con el hambre y la saciedad, reconocer señales externas para comer, ganar autocompasión, disminuir los antojos y disminuir la alimentación problemática, entre otras cuestiones”.