Si estás experimentando poca vitalidad o falta de entusiasmo, te compartimos tres actitudes claves para recuperar tu energía y tu fortaleza. Cambiar la manera de observarte, transforma tu estado interno:

Aclará pensamientos negativos e impulsate: ¿Sabías que si enfocás tus pensamientos únicamente en lo que te falta, en lo que te molesta, en lo que nunca lográs, terminás atrayendo más cantidad de esas mismas situaciones y gran parte de tu energía se consume dentro de tu mente en este circuito poco feliz? Proponete comenzar la mañana decretando un propósito que te motive, que te inspire. Afirmá tu poder personal eligiendo cómo querés vivir. Sin negar lo que tengamos que corregir, pero orientando nuestra energía a pensar mejor comprendiendo que nuestra atención se vincula con lo que atraemos y sentimos.

El contacto con tu cuerpo calma la mente: Cuando nuestra cabeza se siente en tensión o sobrecargada, siempre tenemos una herramienta a mano: Nuestro cuerpo. Ejercitarte, sentirlo, darle Reiki, mimarlo, alimentarlo mejor. Todas estas prácticas ayudan a descongestionar la mente. Dirigir la atención hacia nuestro cuerpo permite desbloquear y liberar la zona del pensamiento. Démosle espacio al cuerpo dentro de nuestro día y busquemos revitalizarlo. ¿Qué podés hacer hoy?

Victimizarte ya no está de moda: Algunas veces, caemos en el error de creer que hablar constantemente de nuestros problemas y derramarlos sobre cada persona que nos cruzamos, nos terminará por ayudar de alguna forma. Necesitamos entender que no hay nada que nos aleje más de una verdadera solución o sanación.

Trabajemos activamente para evitar rodearnos de pensamientos que nos consumen y drenan la energía o de personas y circuitos que constantemente intentan trasladarnos sus historias una y otra vez. Cuidado con “darle” (O “darnos”, porque todos lo hemos hecho en alguna oportunidad) demasiada atención a quienes solo buscan (Consciente o inconscientemente) darnos lastima.

Comprendamos que eso no ayuda en lo mas mínimo ni a ellos ni a nosotros. En realidad, les aportamos mucho más si adoptamos una actitud que les promueva claridad para recordar que victimizarnos anula nuestro poder, alimenta el resentimiento y nos deja  vulnerables. Compartir una herramienta o una motivación que pueda ayudarles, será muchísimo más solidario que simplemente darles lugar a la queja constante que, cuando no se acompaña de una acción o una intención de querer mejorar, solo funciona como una bomba de energía negativa que uno descarga y el otro absorbe.