En el mes de los amores, queremos recordarte uno que necesitamos cultivar a diario y que, a menudo, es donde nos volvemos más estrictos e inflexibles. Como sabemos que la rigidez no construye nada bueno, hoy te compartimos algunos consejos para que, de una vez por todas, hagamos las paces con nuestro cuerpo:

Perfeccionarlo con equilibrio: Es súper sano esforzarnos y destinar tiempo diario a mejorar nuestro cuerpo y nuestra estética, pero siempre que lo hagamos con equilibrio. Es importante recordarnos el no ponernos metas inalcanzables o exigirnos tanto a nosotros mismos que acabemos por incrementar nuestra inseguridad personal y nuestra baja autoestima. Hagamos las paces aceptando nuestros límites en forma sana.

Mejorar tu alimentación: Reflexionar acerca de qué ingerimos y de cómo lo hacemos, resulta fundamental a la hora de amigarnos con nuestro cuerpo. No solo debemos prestar atención a los alimentos, sino también a nuestros entornos, relaciones, sonidos, lecturas y todo tipo de consumo que hagamos. Lo que ingerimos en nuestra vida diaria, se refleja impactando en cómo nos sentimos a cada momento y en aquello que atraemos hacia nosotros mismos.

Honrar tu cuerpo con agradecimiento: Más allá de que nunca estemos conformes con el 100% de nuestro cuerpo y habilidades, intentemos diariamente dedicarnos un abrazo curativo en el cual nos recordemos cuán bendecidos somos al portarlo. Recuerda momento agradables y dones que tengan que ver con él y, aunque sea por un momento, no trates de cambiarlo.

Escucharlo y dejarlo ser: El cuerpo siempre te avisa qué está necesitando. Por eso, una de las formas más eficaces de comenzar a sanar la relación con nuestro cuerpo es dándole mayor espacio, tomando en cuenta sus señales y aprender a escucharlo sin reprimirlo. Existen muchas prácticas y técnicas que pueden ayudarte en esta tarea: Yoga, Meditación, Masajes, Visualizaciones, Terapia Floral y Reiki, son solo algunas de ellas. Conectemos con el disfrute de nuestro propio cuerpo aceptándolo pero comprometiéndonos a cuidarlo, sin excesos.