La música como herramienta de conexión y comunicación
ENTREVISTA A MARTA TEMPRADO BERNAL
Hoy hablamos con Marta Temprado Bernal, musicoterapeuta, psicóloga y maestra, para conocer en detalle el trabajo que desarrolla desde su proyecto Musikare, un centro de musicoterapia de la ciudad de Zaragoza, que nació en 2012, en el cual utiliza la música como herramienta de crecimiento y acompañamiento en procesos de gestación, nacimiento y crianza.

Tu camino profesional ha sido largo. Eres Maestra de Educación Especial, Psicóloga y Musicoterapeuta… ¿Cómo ha sido este recorrido? ¿Cómo se fusionan y complementan estos saberes?

Marta: bueno, la verdad es que yo comencé a estudiar Magisterio de Educación Especial pero como tal nunca tuve vocación de maestra, sobre todo para trabajar en el sistema educativo más formal que tenemos en la mayoría de colegios de nuestro país. Pero si que me interesaba el tema de la pedagogía, la infancia, el funcionamiento del cerebro de los niños, en los casos prototípicos y en los casos especiales. Por eso, una vez que terminé la carrera, como no me veía en el ámbito de los colegios, decidí comenzar un Máster en Musicoterapia. A raíz de haber estudiado música en el conservatorio durante muchos años y Educación Especial después, pensé que quizás estos saberes podían tener una especie de confluencia en algo que no tenía que ver con la educación formal pero que sí podía utilizar la música como herramienta para acercarme a los niños de manera distinta, sin saber todavía mucho en que consistía la musicoterapia o que tipo de beneficios o utilidades podía tener en este sector. Una vez introducida más en este ámbito, me di cuenta de todas la carencias que tenía a la hora de trabajar en temas relacionados con la salud y complementé mi formación con la carrera de Psicología.

Se podría decir que en realidad la base de mi interés siempre ha sido el ser humano, sobre todo en el comienzo y el final de la vida, y que la formación oficial me ha otorgado diferentes títulos que me han servido para desarrollar a día de hoy el proyecto Musikare. Yo siento que con todo lo que he estudiado puedo tener una visión bastante amplia de lo que significa gestar un hijo, desearlo, criarlo y acompañarlo en su proceso de vida en general.

¿En qué consiste Musikare? ¿qué tipo de actividades impartes?

Marta: Musikare realmente nació hace casi 8 años y actualmente está en transformación, como estoy yo a nivel profesional. A día de hoy, es un proyecto de acompañamiento en los procesos de crianza, de maternidad y paternidad, con todo lo que abarcan estos estados… desde el deseo de tener un hijo, hasta las circunstancias que se pueden dar en el proceso de gestión y crianza. Ofrezco diferentes servicios, donde a través de la musicoterapia y mi acompañamiento general como maestra o psicóloga, transitamos estos procesos. Concretamente hay actividades para embarazadas, bebes, niños, hay acompañamiento en el proceso de fertilidad, y actividades para mamás y para mamás con hijos.

¿Puede la música hacernos más felices?. ¿Todos estamos capacitados para crecer, disfrutar y mejorar desde la música?

Marta: más que ‘felices’, lo que creo que aporta la música es una conexión más profunda con el ser humano que somos. Nacemos siendo un tipo de criaturas no contaminados por el sistema social que no da espacio para ‘el sentir en general’. Desde mi experiencia puedo decir que la música sí que sirve para volver a conectar con ese sentir humano. Hay personas que están más felices y otras menos; el ser humano tiene diferentes estados anímicos y son todos válidos, pero lo realmente importante es poder sentirlos, permitirnos a nosotros mismos sentirlos, y la música puede ayudarnos en eso.

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¿La musicoterapia goza del lugar que se merece en España?

Marta: creo que cada vez va ocupando un poco más de espacio. La verdad que hay muchas instituciones, entidades y personas que a nivel individual se están movilizando para darles ese lugar. Pero si hablamos en términos generales el sistema de salud que tenemos en nuestro país es diferente al que puede tener en otros países donde este tipo de terapias, y la salud en general, se entiende de otra manera. Yo creo que en España aún falta mucho por hacer, pero es verdad que poco a poco se va avanzando y van cambiando las cosas.

¿En qué consiste tu trabajo con embarazadas, cómo empezaste a trabajar en esta área?

Marta: pues un poco respondiendo a lo segundo, la verdad es que yo desde muy jovencita siempre he tenido interés por la gestación y el nacimiento. Nunca quise ser matrona o ginecóloga, mi interés ha sido más a nivel humano, a nivel psicológico. ¿Qué impacto tiene el nacimiento en el resto de nuestra vida?, ¿qué ocurre en la vida intrauterina? y cómo el nacer puede ser algo diferente a lo que nos han contado. Entonces, con todas esas inquietudes que yo tenía, llegó un momento en que descubrí que había diferentes herramientas para trabajar éstas áreas: desde la musicoterapia, el canto prenatal, el canto maternal carnático, diferentes técnicas, metodologías y corrientes que están relacionadas o se basan en la música, la voz, la respiración, las cuales pueden servir para que las mamás puedan vivir una gestación más consciente, más tranquila y más amorosa, y que esto tiene una repercusión en el nacimiento y crianza de estos bebés. Influye mucho cómo ha sido su vínculo con las mamás y concretamente influye en que los nacimientos puedan ser más amorosos. Ocurre en ocasiones que el nacimiento aunque deseemos que sea fisiológico finalmente a veces no es así. Mi trabajo busca preparar a las familias para que, sean cual sean las circunstancias, el embarazo y parto puedan ser lo más amoroso posibles para la mama, el bebe y la familia en general.

Imaginamos que desde tu profesión te habrás topado con muchos prejuicios en lo referente a la maternidad ¿Cuáles son los principales? ¿Por qué crees que ocurren?

Marta: la maternidad está llena de prejuicios. Una de las edades que yo más trabajo es con bebés y niños hasta 3 años y es curioso porque todavía a día de hoy se nos olvida que el bebé es una persona, una persona pequeñita, pero al fin y al cabo una persona que siente, que tiene miedos. Y me parece muy interesante reflexionar sobre que este hecho no es aún un saber social y todavía pongamos en duda cuando un bebé tiene miedo o se asusta. Nos preguntamos ¿por qué le pasa esto?. Si extrapolamos esta misma pregunta a un adulto, encontramos una respuesta: se asusta o tiene miedo porque ha sido abandonado, o porque ha vivido un imprevisto, o lo que sea. Pero con los bebés se nos olvida. Creo que queda muchísimo por hacer a la hora de entender al ser humano como tal y la repercusión que tienen los primeros años de vida en la persona adulta que se va a convertir.

Hoy en día, ¿las mujeres seguimos teniendo presión social respecto a cómo vivir la maternidad?

Marta: sí. Las mujeres tenemos en general presión en muchos ámbitos de nuestra vida y para mí la maternidad es uno de los estados más vulnerables que existen y donde las mujeres viven más violencia; creo que hay un juicio constante de cómo hacer las cosas o como no hacer las cosas. Y además, hay una falta de libertad para poder elegir realmente cómo decides gestar, cómo decides dar a luz, cómo decides criar. Creo que el sistema no está preparado en absoluto para acompañar estos procesos y especialmente en casos de mujeres que quizás no tienen ciertos privilegios que podemos tener otras personas. Sigue siendo muy complicado maternar y aún queda muchísimo trabajo por hacer y todo esto está relacionado quizás con lo que hablamos, con ser consciente de la importancia del nacimiento y la repercusión que esto tiene en la vida del ser humano y de las mamás.

¿Qué rol juegan los ‘padres’ hoy en día en el proceso de gestación y crianza? ¿Hay en general más implicación? ¿Se les deja el espacio que les pertenece de apego con sus hijos?

Marta: bueno, la verdad es que en lo que es mi trabajo siempre he dado espacio a los padres, excepto en alguna actividad muy puntual que es exclusiva para mamás; pero la realidad es que siempre hay menor implicación que las madres en lo que yo hago que al final es de lo único que puedo hablar, de mi experiencia. Con el tema del embarazo sí que vienen papás y algunos se implican un montón, pero incluso a veces por temas logísticos, al final hay más mamás. En las actividades de juego y vínculo con música, si que vienen más padres, a veces son ellos los que necesitan ese espacio para estar con su niño. En los casos de procesos de duelo, ha habido de todo; me he encontrado diferentes situaciones, pero es cierto que he tenido un buen número de papas que estos procesos lo han querido vivir acompañados y han querido vivir su rol de padre de manera activa, aunque fuera en duelo.

¿Qué tabúes sigue habiendo en lo referente a la maternidad/paternidad hoy en día? ¿Cómo se pueden afrontar?

Marta: creo que estamos en una sociedad donde el ‘sentir’ es muy complicado, donde mostrar las emociones que hoy se conocen como ‘negativas’ es complicado… no hay espacio. Entonces hay temas que cuesta exteriorizar. Para empezar, desde el deseo de tener o no un hijo, o con el tema de la fertilidad o las pérdidas gestacionales. Hay también enormes tabúes en cómo debería ser la llegada de un hijo; luego cuando nace un bebé, se supone que tiene que dormir tanto, tiene que comer tanto, tiene que ser así… todavía hay una especie de ‘imaginario’ de cómo tiene que ser la maternidad, que hace que las personas no puedan vivir libremente este proceso. También es cierto que en algunos casos hay una falta de responsabilidad, porque hay personas que sí que pueden acceder a cierta información antes de tener un hijo, y a veces vivimos con tanta prisa que no nos tomamos ese tiempo y llega el momento de criar y nos surgen duda de cómo hacerlo, o qué hay que hacer o qué necesito realmente. Y esto es algo social, vivimos tan desconectados de todo, que la maternidad no se queda atrás. Después está el tema de la culpa. Muchas mamás se sientes súper culpables cuando a lo mejor han vivido experiencias donde no han estado cómodas con su bebé, o han sentido que a lo mejor no les apetecía ser madres, aunque fuera en momento puntual. Esto genera mucha culpa y muchos nuevos tabúes.

Actualmente hay nuevas estructuras de familias (madres solteras, papás gays, etc…) ¿cómo repercute eso en tu trabajo?

Marta: directamente en nada. Yo creo que cada situación familiar es diferente y por lo menos yo trato de acoger a cada familia con la circunstancia que trae a nivel de historia familia y eso no tiene que ver con esas nuevas estructuras, sino más bien con la historia personal de cada uno y cada una.

Otro proyecto muy interesante que llevaste a cabo fue La Velita. ¿En qué consistía?

Marta: La Velita era una sección especial dentro de Musikare, de acompañamiento del duelo gestacional y perinatal, que se refiere a la muerte de aquellos bebés han fallecido dentro del útero, al nacer, o en los primeros días o meses después de nacimiento. Era un proyecto de acompañamiento para estas familias a través de terapia individual y talleres en grupo.

¿Por qué crees que cuesta tanto enfrentarse a la muerte?

Marta: porque duele mucho. Causa mucho dolor, remueve nuestra estructura de vida, nuestros proyectos y no es fácil en una sociedad donde no hay espacio para el dolor y donde no nos enseñan a acompañar y si no sabemos acompañar el dolor, es muy complicado poder expresarlo.

¿Cómo era la metodología de trabajo para las persona que acudían a La Velita?, ¿Qué se hace en estos casos?

Marta: al final cada acompañamiento es único, porque cada duelo es único. Cada persona vive su duelo según su historia personal y familiar, y toda mi metodología de trabajo está fundamentada en mis diferentes estudios como psicóloga, musicoterapeuta y maestra, adaptando los diferentes recursos al acompañamiento de cada familia y el momento puntual que están viviendo.

¿Cómo podemos apoyar a familiares o amigos que hayan vivido una perdida gestacional o perinatal?

Marta: para mí es fundamental aprender a acompañar, saber brindar lo que cada familia necesita, dar espacio para que expresar su dolor, su amor, sus miedos, lo que sea que necesiten expresar. Siempre hay que validar estos sentimientos, en este duelo y en cualquier otro. Poder dar espacio y sobre todo no negar nunca lo que cada persona siente y cómo lo siente.

Los hospitales y centros de Salud están preparados para dar un trato idóneo y el apoyo necesario en estos casos?

Marta: hay hospitales que por suerte y gracias sobre todo a las asociaciones que se han movilizado para brindar protocolos, sí que tienen servicios para cuando se dan este de situaciones, principalmente cuando se dan muertes gestacionales avanzadas, al final del embarazado. En algunos hospitales concretos tienen protocolos donde se da cierta información a los padres para que, al menos en un primer momento de la perdida, pueda ser vivido con un poco más de cuidado. Pero como digo, esto sucede principalmente con pérdidas gestacionales avanzadas, porque todo lo que tiene que ver con el primer y segundo trimestre, en general no está contemplado; todavía se tiene esa idea colectiva de que como era pronto, no duele. Lo ideal es que sí que existiera en los hospitales recursos de acompañamiento en todos los casos de duelo, pero la realidad es que en el primer y segundo trimestre no hay prácticamente nada. Hay mucho que hacer todavía.

¿Tienes nuevos proyectos o áreas de trabajo a la vista?

Marta: nuevos proyectos como tal no, lo que sí tengo la idea es de hacer un análisis más profundo de cómo se ve mi trabajo desde fuera. Me apetece intentar que se conozca más en profundidad mi trabajo, qué es Musikare, quién soy yo, y desde dónde y en qué áreas estoy trabajando.

Para terminar, te invitamos a que nos dejes una reflexión sobre tu punto de vista sobre la maternidad y el concepto de Familia.

Marta: creo que cada familia es un pequeño mundo, como una especie de fórmula mágica donde han coincidido en un momento de la vida diferentes personas, con diferentes sensibilidades y caracteres, y de esa unión surge algo diferente a lo que eran todos ellos por separado, que es un Todo y que es lo que se llama Familia. Sobre la Maternidad me gustaría expresar mi deseo de que ojalá cada mujer pueda decidir ser o no madre, pueda vivir esta experiencia de manera libre, de manera gozosa y desde sus necesidades más profundas. Que cada una pueda elegir qué quiere hacer y cómo, y que las experiencias de maternidad que le toque vivir sean las que sean, fueran en esta línea de libertad, autonomía y gozo. Yo en eso me voy a centrar; ojalá entre la unión de familias y profesionales, logremos que la maternidad se vaya transformando a algo así.

 

 

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