Siempre te compartimos ejercicios y técnicas para movilizar la energía en tu cuerpo. Hoy queremos contarte que al estirar tus músculos, el organismo responde experimentando una dosis extra de energía que potenciará tus actividades y tu rendimiento personal. Te contamos cómo y por qué:
Cada vez que ayudás a tu cuerpo a relajarse, se produce un efecto de descompresión. Se ablandan las tensiones y la rigidez que mantenía tu cuerpo aprisionado o con poca movilidad, se facilita la expulsión de aquello que bloqueaba el organismo. Es como si permitieras el desamarre de los dolores y la dureza en todo tu cuerpo.
Te recuerdo que somos seres unidos y que no podemos separar la mente y las emociones de nuestro propio cuerpo físico. Entonces, al estirar y elongar tus músculos, también ayudás que puedan liberarse ciertas angustias o bloqueos en la zona del pecho (Sentimientos), en la espalda (La culpa, la responsabilidad auto impuesta), en los brazos (Tu entrega y el permiso que te das para recibir de la vida), en tus piernas (Tu contacto con la realidad y tu autoestima) y en tus riñones y zona lumbar (Tus miedos, tus enojos).
Imaginate cómo pesaban y cómo interferían estas energías en tu cuerpo, disminuyendo, naturalmente, tu vitalidad. Si dedicás un tiempo diario a elongar y sentir realmente el estiramiento en tu cuerpo, hayas o no hayas realizado ejercicios, comprobarás que la liviandad y la flexibilidad afectarán positivamente todo el resto de tu vida personal y comenzarás a experimentar una gran vitalidad que antes no tenías.