Hacelo a tu tiempo
Conocete y aplicá lo que sabés de vos. Si levantarte a las corridas te molesta más que dormir un ratito menos, entonces, programá tu despertador para iniciar el día a tu tiempo justo. Equilibrá la cantidad de horas que tu cuerpo necesita descansar con el tiempo matinal que necesites para hacer tus actividades antes de salir y evitar el mal humor de estar corriendo.
Movilizá la energía de tu cuerpo
Tené en cuenta que tus músculos estuvieron en la misma posición por largas horas y antes de iniciar tu jornada, necesitás volverlos a ejercitar. Entonces, al despertarte, realizá algunos movimientos y estiramientos que te ayuden a elongar tu columna, tus brazos y tus piernas. Practicar cinco series de “saludo al sol” (Yoga) sería ideal, pero sino con que movilices la energía de tu cuerpo, ya te alcanza para empezar mejor.
Emepezá con algo que puedas disfrutar
¿Cuál es la actividad que te inspira, que te pone contento y que te ayuda a reconectar con vos mismo? Podrías incorporar una porción de ella en tu mañana para realizarla como previa a tus responsabilidades? Por ejemplo, si te gustara leer, desayunar afuera, salir a correr, pasear a tu mascota, entonces, programate para realizarla en la etapa inicial de tu día para, en lo posible, abrir tu jornada con algo que ames y te haga sentir bien.
Elevá una intención para tu día
En mi experiencia, esta es una de las condiciones más importantes para abrir bien el día. Más allá de lo que pase después, abrí tu jornada estableciendo un propósito. No se trata de “controlar” tu día, es más, tu propósito podría ser, perfectamente, el poder fluir con lo que la vida te proponga hoy. Es un envío de intención, una especie de rezo con vos mismo para sintonizarte con algo que quieras lograr hoy.
¿Y vos? Contanos cuál es tu forma favorita de empezar el día.
¡Te leémos y nos encanta!