Continuamos este viaje por los Chakras o centros energéticos principales del cuerpo, sosteniendo la importancia de conocer su emplazamiento y, sobre todo, que áreas de nuestra vida se ven determinadas por su correcto o incorrecto funcionamiento.
Recordemos que si bien el cuerpo se encuentra lleno de puntos o centros de energía, existen siete principales que conforman el sistema de Chakras más importantes de todo el organismo.
Hoy veremos el Segundo Chakra que es el encargado de conectarnos con la energía sexual y la potencia creativa a lo largo de nuestra vida.
Su nombre es Swadishthana y representa el segundo centro energético comenzando desde la base de la columna hacia la cabeza. Se encuentra ubicado en la zona genital de ambos sexos y conlleva una energía de máxima creación.
El color que lo identifica y por el cual podemos armonizarlo y potenciarlo es el Naranja, por lo tanto, si utilizáramos cristales y gemas para activar su funcionamiento podríamos recurrir a piedras tales como la Cornalina.
Su principal función es mantener activa nuestra sexualidad, nuestra capacidad creativa y nuestra habilidad para disfrutar artística y sensorialmente. Por supuesto, se relaciona con la fertilidad y la posibilidad de dar vida (Tanto en el hombre como en la mujer) por eso, otra gema que podemos utilizar para armonizar o invocar su energía es la Piedra de la Luna, asociada a la energía creativa femenina y a los ciclos de maternidad. En casos de dificultad para concebir un bebe o embarazos conflictivos, debemos trabajar para armonizar este chakra y potenciar su funcionamiento armónico.
Al estar relacionado con la fertilidad y capacidad de dar nacimiento y nutrición, es interesante trabajar nuestra relación con el disfrute y el placer. Muchas veces, este chakra se bloquea durante la infancia y adolescencia si la persona recibió un modelo educacional muy ortodoxo o poco sensible. Algunos ejercicios interesantes para la mujer con este centro energético obstruido pueden ser los trabajos y meditaciones para contactar con nuestra diosa arquetípica. (Sugiero la lectura del libro “Las Diosas de cada mujer” de Shinoda Bolen y “Luna Roja” de Miranda Gray).
Este centro energético, también, nos conecta con el misterio y la belleza de la creación y es a través de él que logramos canalizar nuestro poder para transformar y manifestar la realidad que deseamos. Se relaciona, además, con la capacidad del cuerpo para depurar, dejando ir todo aquello que ya no nos nutre o no es operativo para nuestra evolución.
La zona del abdomen conlleva un gran misterio, se lo asocia a la oscuridad, a lo prenatal, a lo desconocido y, por eso, también, refleja nuestro mundo más íntimo y hasta inconsciente. Por eso, se asocia este centro a las energías Lunares. Una manera de canalizar y exteriorizar su energía es a través de la danza y las artes en general. Realizar pintura de mandalas, escultura, y cualquier técnica de arte expresivo nos conecta con estas fuerzas y nos permite trabajar y empoderar este chakra.
Cuando existen dificultades para fluir en las relaciones, sobre todo de pareja, es común tener este chakra en desequilibrio. Es necesario trabajar la cercanía, los apegos y el contacto corporal, ya sea con nosotros mismos o con los demás.
Utilizar el elemento agua a través de baños de inmersión con sales y aromaterapia, contribuye mucho a armonizar este segundo centro energético. También, puedes realizar meditaciones y o visualizaciones enfocándote en las energías de la Luna. Recuerda que este chakra representa la intimidad, la creación, el movimiento emocional y es la Luna quien representa estas energías a nivel astral.
Por último, este centro nos conecta con la vida y sobre todo con la sensibilidad de darnos a Luz a nosotros mismos. Seamos conscientes de nuestra esencia y elijamos un camino expresivo que nos permita manifestar esta verdad única que somos y seremos por siempre. Apostemos a relaciones sanas, comenzando por amarnos a nosotros mismos. Te invito a Rezar en tu cuerpo, a agradecerlo, a bendecirlo y a compártelo con respeto y alegría.